Salud en Casa.- El corazón humano late aproximadamente 100,000 veces al día, contrayéndose para bombear sangre por todo el cuerpo de forma ininterrumpida, incluso durante el sueño, aunque la cifra exacta puede variar según factores como la edad, el nivel de actividad física y la salud general. Conocer cómo evoluciona y qué hábitos adoptar en cada etapa de la vida puede marcar la diferencia entre vivir con calidad o enfrentar problemas cardiovasculares que suelen ser silenciosos, pero de alto riesgo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel global, cobrando aproximadamente 17,9 millones de vidas al año. En cuanto a Perú, según el Ministerio de Salud (Minsa) las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el país y producen la mayor carga de enfermedad en el país.
La buena noticia es que nunca es tarde para empezar el corazón con hábitos sencillos, chequeos oportunos y una alimentación adecuada.
“Las enfermedades cardiovasculares se gestan desde joven: lo que hagas a los 20 influye en cómo estará tu corazón a los 60. La prevención es acumulativa, cada década suma: los buenos hábitos protegen, los malos se acumulan", afirma la Dra. Miriam Villón Solano, docente de Medicina Humana de la Universidad Norbert Wiener.
En ese contexto brinda las siguientes recomendaciones:
A los 20 años: sembrar buenos hábitos
La juventud es el momento ideal para construir un corazón fuerte y sano. A esta edad se recomienda:
A los 40 años: reforzar y controlar
En esta etapa, el cuerpo empieza a mostrar cambios: disminuye la elasticidad arterial, aumenta la rigidez de los vasos y aparecen riesgos de hipertensión y síndrome metabólico. Para cuidar el corazón a los 40 es clave:
A los 60 años: prevenir complicaciones
El riesgo cardiovascular es más alto en la adultez mayor, por lo que se recomienda un chequeo anual con el médico y mantener tratamientos en caso de hipertensión, diabetes o colesterol elevado. Además:
Señales de alerta a toda edad
Algunos síntomas que no deben ignorarse: dolor en el pecho, falta de aire inusual, palpitaciones rápidas o irregulares, fatiga extrema o antecedentes familiares de muerte súbita. Ante cualquiera de ellos, se recomienda acudir al médico de inmediato.