Vitamina C intravenosa: la nueva aliada en el manejo del dolor

Vitamina C intravenosa: la nueva aliada en el manejo del dolor

17 Noviembre, 2025

 Especialistas explican cómo su uso médico controlado en dosis altas puede aliviar el dolor crónico y favorecer la recuperación en distintos tratamientos.

 

 

Salud en Casa .- La vitamina C es conocida por fortalecer el sistema inmunológico y prevenir los resfriados, pero la ciencia le está encontrando un nuevo papel en la medicina moderna: su uso por vía intravenosa, en dosis altas y bajo control médico, como apoyo para aliviar el dolor y mejorar la recuperación de los pacientes.

 

 

 

Durante la Semana de la Ciencia de la Universidad Norbert Wiener, el Dr. Keveen Salirrosas, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, explicó que este enfoque terapéutico se basa en el poder antioxidante de la vitamina C, que ayuda a reducir la inflamación y el daño celular causado por enfermedades o intervenciones quirúrgicas.

 

 

“La vitamina C intravenosa actúa neutralizando los radicales libres generados por procesos inflamatorios y ayudando a restablecer el equilibrio celular. Su aplicación puede favorecer la recuperación de tejidos y aliviar el dolor en determinados cuadros clínicos”, señaló el especialista.

 

 

 

 

 

De antioxidante común a herramienta terapéutica

 

Estudios recientes publicados en revistas médicas internacionales, como J Foot Ankle Surg (2021), Antioxidants (2023) y Pain Medicine (2024), señalan que la vitamina C administrada por vía intravenosa puede ayudar a disminuir el dolor persistente en personas que sufren inflamaciones crónicas, dolores musculares o molestias después de una cirugía.

 


A diferencia del consumo oral —como en tabletas o jugos—, esta vía permite que el cuerpo aproveche mejor la vitamina C, ya que se administra directamente al torrente sanguíneo y actúa más rápido sobre los tejidos afectados. Sin embargo, el Dr. Salirrosas advierte que este tratamiento no reemplaza a los medicamentos tradicionales ni debe aplicarse sin orientación médica.

 

 

“No se trata de una terapia milagrosa ni de una moda, si no que su excelente valor terapéutico se está entendiendo en los últimos años con los estudios de nivel I-A, realizados para diferentes patologías. Las dosis, la frecuencia y el tipo de paciente deben evaluarse con criterio profesional. La automedicación puede causar efectos adversos, especialmente en personas con enfermedades renales o metabólicas”, precisó.

 

 

El procedimiento debe realizarse únicamente en entornos clínicos controlados, con equipos médicos que determinen la cantidad adecuada según el caso y el estado de salud del paciente.

 

 

Más allá de los beneficios potenciales, el especialista destaca que este tipo de investigaciones abren nuevas rutas para la medicina basada en evidencia, fortaleciendo la búsqueda de tratamientos que mejoren la calidad de vida sin generar dependencia o efectos secundarios innecesarios.

17Nov2025