Salud en Casa.- La anemia sigue siendo uno de los desafíos más urgentes de salud pública en el Perú. Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), el 18% de las mujeres embarazadas presentó anemia gestacional durante el primer trimestre del año. Esta cifra resulta aún más alarmante si se considera que el 43,7% de los niños entre 6 y 35 meses sufren de anemia. Este contexto demuestra la importancia de prevenir la anemia desde el embarazo, mediante el seguimiento médico y la intervención oportuna.
El Dr. Álvaro Altamirano, pediatra y asesor médico de Laboratorios Elifarma, explica que el impacto de la anemia por deficiencia de hierro durante el embarazo afecta directamente el bienestar del bebé y puede generar consecuencias graves. “Desde el retraso en el crecimiento intrauterino; ya que el bebé no recibe los nutrientes necesarios para su desarrollo, así como mayores probabilidades de un parto prematuro, y un mayor riesgo de muerte infantil”, señala.
Según el experto, en el embarazo, sobre todo en el segundo y tercer trimestre, el volumen de sangre aumenta por el crecimiento del feto; sin embargo, los glóbulos rojos no aumentan proporcionalmente, lo que puede causar anemia gestacional. Además, precisa que “las mujeres que han tenido embarazos muy seguidos presentan mayor riesgo, al igual que aquellas que no consumen suficientes alimentos ricos en hierro en su dieta diaria. Un flujo menstrual abundante o antecedentes de anemia antes del embarazo también son causas de esta condición”.
Aunque los síntomas de la anemia pueden confundirse con los propios del embarazo, el especialista precisa que es determinante conocer las señales de alerta que podrían indicar la presencia de esta condición en mujeres gestantes:
Por otro lado, el Dr. Altamirano enfatiza la importancia de que las gestantes acudan a los controles prenatales de manera regular. “Durante el embarazo se realiza un hemograma, un análisis que permite medir los niveles de hemoglobina, en distintos momentos de la gestación. Esta es la herramienta clave para detectar la anemia de manera temprana y asegurar un tratamiento eficaz, reduciendo el riesgo de un recién nacido con bajo peso”, asegura.
Para finalizar, el pediatra agrega que, además del control médico, una alimentación adecuada es fundamental. “Consumir alimentos ricos en hierro, como la sangrecita, el hígado, el bazo, el bofe, las menudencias o el pescado, junto con frutas y verduras, favorece su absorción. Por eso es vital que las gestantes sigan las indicaciones de su médico, quien también suele recetar suplementos de hierro, vitaminas y ácido fólico. Detectar la anemia a tiempo y tratarla de forma adecuada marca una gran diferencia en el futuro desarrollo del niño”, concluye.