Salud en Casa.- Con la llegada de la primavera, muchas familias deciden disfrutar de más paseos al aire libre y actividades en contacto con la naturaleza. Sin embargo, esta estación también trae consigo agentes que pueden desencadenar reacciones alérgicas en los bebés y niños pequeños que, por la sensibilidad de su sistema inmunológico, son más propensos a presentar estornudos, congestión o lagrimeo durante esta temporada.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) explica que la rinitis alérgica se presenta cuando el sistema inmunológico interpreta alérgenos como el polvo, ácaros, moho o el polen como si fueran invasores, y reacciona para combatirlos. Estos suelen concentrarse en alfombras, peluches, colchones, cortinas, entre otros. A diferencia de un resfriado, los síntomas de la alergia suelen prolongarse – si la exposición al alérgeno es continua- y no vienen acompañados de fiebre.
La pediatra Ana Cecilia Vidal sugiere a los padres y cuidadores observar si los síntomas aparecen de manera repetitiva en la misma época del año y que, ante la duda, se debe acudir a un especialista para obtener un diagnóstico adecuado. “Lo recomendable es reducir la exposición a los agentes desencadenantes y mantener rutinas de cuidado que ayuden a prevenir o aliviar las molestias”, señala.
En esta línea, la especialista Vidal junto a Babysec comparte consejos preventivos para ayudar a reducir los efectos de las alergias estacionales en bebés y niños menores de 5 años:
Dentro de casa
Ambientes libres de humo y humedad: Evita el tabaco y procura ventilar regularmente los espacios, en horas de menor concentración de polen (temprano en la mañana o de noche).
Limpieza frecuente: Utiliza toallitas húmedas y aspiradoras con filtro para evitar que el polvo y los ácaros se acumulen. Además, revisa que las paredes, ventanas, baños o rincones estén secas y limpias para prevenir moho, otro detonante común de las alergias.
Ropa y sábanas limpias: Lava la ropa de cama y los peluches una vez por semana con agua caliente.
Fuera de casa
Cambiar la ropa al regresar de la calle: Retira y lava la ropa que usó tu pequeño de forma aislada, para evitar que el polen quede en las telas.
Aseo después del paseo: Un baño puede ayudar a eliminar restos de polen y polvo en la piel y en el cabello.
Cuidado en áreas verdes: Limita el tiempo en zonas con césped recién cortado o jardines muy florecidos, donde hay mayor concentración de alérgenos.